Matisse, Picasso, Dalí, Renoir, Giacometti, o Cézanne, son nombres y personalidades universales en la historia del arte del siglo XX, no les fue fácil alcanzar la casi inmortalidad, pero lo cierto es que tuvieron menos dificultades que las 17 mujeres de las que te hablaremos en estos "Apuntes alternativos de carrera", que también merecían estar en mi libro de arte.
En este tercer capítulo conocemos a María Blanchard, una de las pintoras españolas más importantes y valoradas del movimiento cubista, reconocida y valorada por la critica mas exigente.
Composición cubista, María Blanchard (1916-1919)
Mujer, artista y con discapacidad. No parece una combinación muy prometedora, ni a principios del siglo XX, ni tampoco ahora, en la segunda década del XXI. Pero María Blanchard no sólo logro desarrollar una trayectoria artística que la llevó a ser considerada una de las pintoras españolas más importantes y valoradas del movimiento cubista, sino que su obra fue reconocida y valorada por la crítica más exigente, exponiendo junto a otros grandes nombres en París y Bruselas. Recibió el apoyo de artistas y colegas de profesión, así como de Leonce Rosenberg, galerista de L'Effort Moderne y marchante de arte continuador del férreo apoyo al Cubismo llevado a cabo anteriormente por Daniel-Henry Kahnweiler, quien la ayudó a situarse en la primera línea de la vanguardia artística.
1916, Mujer con abanico
1917, Mujer con guitarra
1917, El niño jugando con aro
1917, Naturaleza muerta cubista
1918, Composición cubista
1919, Naturaleza muerta cubista
Entonces, ¿por qué su nombre ni siquiera aparece mencionado en nuestro libro de arte? Parece como si el cubismo sólo perteneciese a Georges Braque y a Pablo Picasso. Poco a poco por fin Juan Gris ha ido también encontrando su lugar de importancia en la Historia del Arte, pero aún nos queda incorporar a María Blanchard en la posición que se merece. Y no sólo como discípula y heredera de Juan Gris (se dice incluso que a algunos cuadros de María se les cambió la firma por la de Juan), sino como ARTISTA autónoma en mayúsculas, la cual supo integrarse en un contexto masculino de hostilidad y exclusión, y componer un estilo pictórico poético propio, aplicando de manera personal los principios del movimiento cubista.
Procedente de una familia burguesa cántabra, se formó en Madrid con varios pintores antes de obtener consecutivamente dos becas para estudiar en París con Hermenegildo Anglada Camarasa y con Kees Van Dongen, cuya influencia se verá reflejada en sus lienzos de aquella etapa de formación. Como artista ligada a los movimientos de vanguardia de las primeras décadas del siglo XX, María Blanchard absorbió en su periodo pre-cubista las influencias artísticas presentes en París en aquel momento: el arte africano, el neoprimitivismo ruso, el fauvismo, o la herencia de artistas como Henri Rousseau o Marc Chagall, tal y como puede apreciarse en sus obras Mujer con vestido rojo (1912-1914) o La comulgante (1914). Parte de su obra fue incluida en la exposición 'Los pintores íntegros' que organizo Ramón Gómez de la Serna en Madrid en 1915 y que supuso un escándalo para la conservadora sociedad española del momento. Su pasión hacia el arte hizo que acabara instalándose definitivamente en la capital francesa en 1916, donde entablaría amistad con Juan Gris, Diego Rivera, Jacques Lipchitz, Gerardo Diego o las pintoras rusas Angelina Beloff y Maria Vassilief.
a. 1912-1914, Mujer con vestido rojo
b. 1914, La comulgante
En su fase cubista, que abarcaría desde 1913 hasta 1920, se percibe la amistad y proximidad que mantenía con Juan Gris y su obra, al utilizar una pintura plana y contenida, como si quisiera redefinir la pintura pura mediante superficies planas de color, equilibradas composiciones y síntesis de formas, articulando espacios abstractos entrecruzados. Su paleta habitual incluye tierras, verdes secos, grises, blancos y negros, aunque en ocasiones incluye tonos mas coloristas como amarillos y naranjas, quizá inspirados también por Juan Gris y su colorido cubismo sintético. La pérdida de este gran amigo, que murió en 1927, la llevo a una etapa introspectiva marcada por la religiosidad y por fuertes dolores físicos consecuencia de la cifoescoliosis con la que había nacido. En esta época pintaba temas infantiles y de maternidades tras la vuelta a la figuración o Retorno al Orden que, como hicieran multitud de artistas en el periodo de entreguerras, realizó ya en la década de los años veinte, acercándose a la Nueva Objetividad y al Realismo mágico. Este cambio de dirección en su producción hizo que Rosenberg rompiese su relación con ella, ya que sobrepasaba los limites de lo que el consideraba estrictamente cubista y estaba por tanto fuera de su interés. Toda su obra posterior y hasta su fallecimiento en 1932 sintetizaba el cubismo y el realismo de un modo muy personal, ya que siempre mantuvo cierta influencia cubista en la construcción de sus imágenes, cuyo tratamiento de luz y color serán característicos.
1921, Las dos hermanas
1922-1923, La boloñesa (La boulonnaise)
1922, Campesina
1923-1924, Niños
1925-1926, La bordadora
1925, Joven peinándose
Tras la muerte de María Blanchard el 5 de abril de 1932, hace ahora 90 años, Federico García Lorca pronunciaría una emotiva y relativamente desconocida conferencia en el Ateneo de Madrid que os animamos a revisar.
Lee la Elegía a María Blanchard (1932) de Federico García Lorca.
En paralelo al desarrollo del contexto histórico, social, cultural y artístico del París de principios del siglo XX, María Blanchard destaca como una ARTISTA fundamental, no sólo por su aportación a la evolución del movimiento cubista mediante sus continuas experimentaciones, sino por haber construido una trayectoria pictórica coherente con su tiempo, permeable además a los cambios en los lenguajes de la modernidad y a las distintas sensibilidades de su propia personalidad.
1925-1926, La convaleciente
La primera exposición antológica individual de María Blanchard se realizo en 2012, organizada por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y la Fundación Marcelino Botín. Actualmente solo 4 obras de esta artista, de las 15 que posee el Museo, pueden verse expuestas en diferentes salas que corresponden al Episodio 1 de la reciente reordenación de la colección del Museo Reina Sofía de Madrid.
Como curiosidad, el Museo Nacional del Prado compró en 2021 el retrato que hizo de una pescadora, La boloñesa (La boulonnaise) (1922-1923) con los fondos recibidos del legado de Carmen Sánchez García, aunque esta obra aún no está expuesta. Y es que María Blanchard nació justamente en 1881 que, salvo algunas excepciones específicas, es el año bisagra que según un Real Decreto de 1995 reparte la integración de obras que van a parar a las colecciones estables del Museo del Prado: artistas nacidos/as antes de 1881, y el Reina Sofía: artistas nacidos/as a partir de 1881. Aunque seguramente sean unas fronteras demasiado rígidas para el arte ya que, en varias ocasiones, como es el caso de la propia María Blanchard, parecen destinadas a diluirse y, por que no, a compartirse.
Si te va leer decretos aquí tienes el Real Decreto 410/1995
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