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Iván Hernández Montero

Mujeres artistas del siglo XX que no aparecían en mi libro de arte de la carrera. Hilma af Klint

Matisse, Picasso, Dalí, Renoir, Giacometti, o Cézanne, son nombres y personalidades universales en la historia del arte del siglo XX, no les fue fácil alcanzar la casi inmortalidad, pero lo cierto es que tuvieron menos dificultades que las 17 mujeres de las que te hablaremos en estos "Apuntes alternativos de carrera", que también merecían estar en mi libro de arte. En esta ocasión, protagonizando el sexto capítulo, Hilma af Klint, protagonista femenina del arte abstracto.


Retrato fotográfico de Hilma af Klint.


La incorporación del arte abstracto al mundo artístico del siglo XX significó una de las rupturas más radicales frente a todo lo que se venía realizando antes ya que suponía otra manera de enfrentarse a la creación, dejando a un lado cualquier referencia al mundo visible. Este interés por la norepresentación figurativa abriría un mundo nuevo de exploraciones que se irían sucediendo a lo largo del siglo, marcando un punto de no retorno en la historia del arte.


La obra abstracta de la artista sueca Hilma af Klint se encuentra en los últimos años en pleno proceso de valoración e integración, tanto en la historiografía del arte como en los circuitos artísticos de crítica y museos, gracias a exposiciones monográficas como las realizadas en el Museo Picasso Málaga entre 2013 y 2014, en las sedes del Moderna Museet de Estocolmo en 2013 y 2022, y en la de Malmö en 2020, o en el Guggenheim Museum de Nueva York en 2019. También resulta importante su inclusión en exposiciones colectivas dedicadas al arte abstracto como 'Mujeres en abstraccion' primero en el Pompidou de París en 2021 y después en el Guggenheim Bilbao entre 2021 y 2022, o el futuro diálogo que se ha planteado la Tate Modern de Londres con la exposición 'Formas de vida: Hilma af Klint y Piet Mondrian' entre abril y septiembre de este año 2023.


No obstante llama la atención cierta timidez por parte de algunas instituciones a exponer su obra, sobre todo de manera individual. ¿Podría deberse a que profundizar en el análisis de su obra cuestionaría la construcción historiográfica instaurada? ¿No removería los cimientos de los movimientos de vanguardia y haría replantear autorías masculinas asentadas y, por lo tanto, cómodas para mantener lo establecido? ¿Cuántos libros de arte quedarían invalidados por incompletos, y habría que reescribirlos y reestudiarlos? Y una última cuestión sobre la exposición de la Tate Modern, ¿necesita la institución museo apoyarse en un artista masculino suficientemente validado por la tradición para justificar la presencia de la obra de una artista?


Hilma af Klint fue una pionera del arte abstracto que rompió con la figuración antes que Kandinsky, Mondrian o Malévich: en 1915 ya tenía más de 200 composiciones abstractas. Hilma había podido acceder a una formación artística tradicional en una de las escasas escuelas que admitía mujeres en la Europa de finales del siglo XIX, la Real Academia Sueca de las Artes de Estocolmo. Además de trabajar como retratista y paisajista naturalista en su versión pública, lo cual le servía como fuente económica de ingresos, en el ámbito privado exploró otros referentes que no tomaban lo figurativo como su principal inspiración. Influida por los encuentros de espiritismo a los que asistía, tan de moda en aquella época, formó junto a cuatro amigas el grupo 'Las Cinco', donde exploraban la escritura y el dibujo automático que años más tarde codificaría el movimiento surrealista. La teosofía, el ocultismo, la antroposofía o el estudio de las religiones fueron otras de sus inquietudes intelectuales.


En 1906 inició su gran ciclo de casi 200 piezas Los cuadros para el templo, pero en 1908 tuvo que interrumpir durante cuatro años su producción artística para dedicarse a los cuidados de su madre ciega, una responsabilidad que seguramente no hubiese tenido que asumir de haber sido hombre. Pudo retomar su actividad en 1912 y cerró el ciclo en 1915 con tres grandes retablos pintados con 53 años. Durante 1916 y 1917 realizó otras series como Parsifal y Átomo en las que utilizó la abstracción geométrica, aunque abandonaría la pintura unos años más tarde, en 1925. Vinculada a la teosofía, el espiritismo y la hipnosis, su pintura respira una espiritualidad y un simbolismo llenos de referencias y significados que conducen hacia una especie de revelación, a comprender conceptos complejos que trascienden la propia humanidad. En ella conecta dualismos como lo espiritual y lo material, la luz y la oscuridad, lo femenino y lo masculino, produciendo imágenes que reconcilian los opuestos y reflejan la unidad de la que ella creía que procedía todo.


Colección Lo más grande, 1907. Hilma af Klint


Un cúmulo de situaciones explica el tardío descubrimiento de esta artista. En vida solo quiso mostrar al público su obra naturalista y nunca expuso su obra abstracta por temor a ser incomprendida, idea que apoyó Rudolf Steiner. Además, dejó escrito que sus cuadros abstractos no podrían ver la luz hasta veinte años después de su muerte, que tuvo lugar en un accidente de tranvía en 1944. Por otro lado, como no tenía hijos o hijas, en su testamento (descárgalo más abajo) legó su obra a su sobrino Erik af Klint que, en un primer momento, no supo reconocer su valor y durante años almacenó en un granero las más de mil obras plásticas y los 124 cuadernos que heredó de su tía. En 1972 Erik decidió establecer la Fundación Hilma af Klint, pero no sería hasta 1986 cuando se empezó por fin a conocer y valorar poco a poco la importancia de su obra abstracta.



El caso de Hilma af Klint es otro ejemplo de los vacíos historiográficos de nuestros manuales de estudio. Si seguimos indagando hacia atrás en el tiempo nos encontraremos con otros ejemplos similares, como la médium, fotógrafa y artista canario-británica Georgiana Houghton (ojo a estas fechas: 1814-1884), que ya a mediados del siglo XIX realizaba sus acuarelas abstractas conectándose con lo espiritual. En cuanto al estilo artístico podríamos destacar también la obra de la sanadora suiza Emma Kunz (1892-1963), cuya profesión dio lugar a manifestaciones plásticas que pueden enmarcarse perfectamente como abstractas.


Los cuadros para el templo, TRes retablos. 1915. Hilma af Klint


Lo importante de que la obra de Hilma af Klint, de Georgiana Houghton o de tantas otras artistas que han trabajado la abstracción se ponga en valor no es el hecho de remarcar que se adelantaran a artistas masculinos, ni tampoco es necesario que hagamos que se peleen entre ellas por ir a la cabeza de una absurda carrera competitiva sobre 'quién lo hizo primero'. Lo que sí podemos aprender de ellas es a romper con ciertos estereotipos sobre las mujeres artistas, poniendo de relevancia su potencial creativo a la hora de abrir nuevos y definitivos caminos propios para la historia del arte, y no solo para ejercer únicamente como continuadoras de estilos o movimientos ya inaugurados por sus homólogos hombres.


En 2019 la directora alemana Halina Dyrschka dirigió el documental "Beyond the visible - Hilma af Klint" que se suma a la puesta en valor de la obra de esta artista. Aquí puedes ver el tráiler.




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