¿Es posible reflejar la intimidad creadora de un bailarín? ¿Puede un proceso creativo trascender más allá del estudio de danza? Parece que Sharon Fridman, junto con Arthur Bernard y Melania Olcina, consiguen esta proeza.
En el escenario, dos intérpretes sin rostro desafían la gravedad, en una sucesión de movimientos que dejan el espectador sin habla, y lo suficientemente atento como para no poder dejar de mirar.
Sus cuerpos parecen flotar, en una conexión fuerte, eficaz, sin límites. De repente, uno de los dos, cae al suelo. Entonces, se encienden las luces, y comienza a hablar despertando una encendida queja sobre el otro.
Así comienza el espectáculo "Exprímeme -Life in Process-" de la Compañía Sharon Fridman.
¿Es posible reflejar la intimidad creadora de un bailarín? ¿Puede un proceso creativo trascender más allá del estudio de danza? Parece que Sharon Fridman, junto con Arthur Bernard y Melania Olcina, consiguen esta proeza. Esta obra implica una evolución en la presencia del espectador en un espectáculo de danza al hacerle partícipe de la intimidad de la compañía, la relación entre los artistas y sus particulares procesos de creación coreográfica. Se desvela lo que sucede en los ensayos previos al estreno de una obra. El camino es arduo e intenso, plagado de desesperadas frustraciones y efímeros éxtasis. La escucha se afina, el tacto se despliega, la consciencia sobre el suceso se expande con firmeza, y a medida que va instaurándose una corriente fluida entre los artistas todo comienza a cobrar vida.
«Exprímeme» -Life in Process- Sharon Fridman, Arthur Bernard y Melania Olcina.
En la danza, los ensayos forman parte de la vida cotidiana del artista, sólo en ellos es posible el encuentro con la fuerza creativa que se expresará por cauces coreográficos. La conexión con esa fuerza depende de múltiples variables, todas ellas fundamentalmente personales, dependientes del estado anímico de cada uno de los artistas que forman parte del ensayo. La tarea del coreógrafo se asemeja a la de un sintonizador que recibe variedad de frecuencias para su posterior conversión en un único flujo. Y son, entonces, en los antiflujos (todo aquello que dificulta el flujo del ensayo), dónde debe inyectarse atención y energía, "hacer palanca" (como mencionan en la propia obra), para lograr de esta manera seguir el curso evolutivo del proceso de creación. La frustración y la euforia son fieles compañeros del coreógrafo que atiende y esculpe el movimiento de los cuerpos en contra o a favor de las adversidades.
«Exprímeme» -Life in Process- Sharon y Arthur desafían la gravedad con sus movimientos.
La sala de ensayos y el teatro son concebidos como espacios de consciencia en los que es posible expresar lo que acontece dentro de cada uno de manera fluida, identificando lo que bloquea e interrumpe el flujo. En el arte de la improvisación, la pauta sirve al mismo tiempo como linde y sendero.
Juntos pondrán en práctica la metodología de creación ideada por Sharon en los últimos tiempos llamada I.N.A., derivada de una vasta investigación del lenguaje del contact, y dirigida a la improvisación y generación de materiales coreográficos que formarán parte de sus propias obras.
Esta vez, además, la palabra cobra una parte muy importante de la obra, como novedad de la compañía. Una palabra que guía y abre territorio personal, que confirma el matrimonio entre la danza y la vida. Se baila según se vive, y se vive según se baila. Los diálogos entre los artistas (pautados por el dramaturgo, director de teatro y cineasta Sergio Martínez Vila) evidencian los estados anímicos, los niveles de atención, las dudas y conflictos, que en última instancia determinarán los resultados de un ensayo. Esta palabra, junto al movimiento, va desplegando un proceso expansivo de consciencia sobre las relaciones personales, el lugar del artista en la obra, y la creación en la danza.
«Exprímeme» -Life in Process- Los diálogos de la obra confirman el matrimonio entre la danza y la vida.
Tras visualizar esta obra escénica, confirmarás la teoría de que a veces, lo que pasa en el escenario puede trascender más allá de lo que se está haciendo, si lo que se hace es real, y se hace de verdad. Mucho más, si se trata el tema en cuestión desde la vivencia personal.
La danza es herramienta de transformación social.
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