Separación de uno mismo, del presente y del devenir. Máxima exaltación del exilio de la mente humana. Este cortometraje busca la interacción con el espectador para provocar sensaciones de rotura en uno mismo, experiencias pasadas.
Fotograma de Exili, de Andy Luengo, 2021
En relación a mi artículo pasado sobre mi recorrido mental al entendimiento del videoarte como reflejo de la mente, presento mi obra Exili, creada poco después. Sin línea temporal, escenas y sonidos que generan recuerdos o ideas de despersonalización.
Separación de uno mismo, del presente y del devenir. Máxima exaltación del exilio de la mente humana. Este cortometraje busca la interacción con el espectador para provocar sensaciones de rotura en uno mismo, experiencias pasadas. Busca nuestras propias heridas y la visualización de cómo se relacionan con el entorno, haciendo que el acto mismo de visionarlo sea una la reacción a una herida abierta.
Fotogramas de Exili, de Andy Luengo, 2021
Parte de mi experiencia personal, del invierno y sus consecuencias. Es el vídeo como reflejo de mi mente. La brevedad de la luz solar, las horas muertas entre comidas de Navidad, el exceso de tiempo libre o exceso de tiempo para reflexionar, la lluvia, el pasar de los días...
Es la expresión más pura de lo que ocurre en mi mente, ya que no se puede explicar con palabras. Constante búsqueda vacía de uno mismo con/sin respuesta a ello. Es el exilio más cercano y disociativo. Se ha ido creando poco a poco, como una serpiente enrollándose en sí misma buscando una salida.
El no tiempo de una música que surge de una improvisación, a la que cuadro vídeos que hago como expresión de lo que siento. La actriz improvisa y añade nuevas ventanas de otras posibles heridas para más interpretaciones. Encuentro incluso una magia en esta manera de haber creado, es un lenguaje único que no puede ser pensado ni escrito antes, no es íntegro.
Fotograma de Exili, de Andy Luengo, 2021
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