De la hoguera a la cocina inteligente: La evoluciĆ³n del arte de cocinar
- Cristina V. Puerto
- 6 mar
- 5 Min. de lectura
A dĆa de hoy aĆŗn es complicado fijar la fecha exacta en la que comenzaron a cocinarse los alimentos, y aĆŗn lo es mĆ”s el por quĆ© comenzaron a hacerlo. QuizĆ”s, fruto de la casualidad, a alguien se le cayera un pedazo de carne a las brasas que estaban usando para calentarse, y descubrieron que el calor no Ćŗnicamente modificaba el sabor, sino tambiĆ©n la textura, haciĆ©ndola mĆ”s apetecible, y sobretodo, mucho mĆ”s fĆ”cil de masticar y digerir.

El control del fuego, unido al uso de Ćŗtiles que permitĆan cortar carnes o vegetales, ha tenido una gran repercusiĆ³n tanto fisiolĆ³gica como social.
El cocinado consiguiĆ³ transformar la anatomĆa de los homĆnidos, ya que al reducir el esfuerzo que tenĆan que hacer sus mandĆbulas para deglutir los alimentos tambiĆ©n fue mermando paulatinamente el tamaƱo de las mandĆbulas, dejando mĆ”s espacio para el desarrollo del cerebro, ademĆ”s gracias a este cocinado se conseguĆan digestiones mĆ”s sencillas, de las cuales se aprovechaban mucho mĆ”s las grasas, proteĆnas e hidratos de carbono, lo que a su vez supuso que el cerebro pudiera obtener mĆ”s nutrientes. Por si fuera poco, con la cocciĆ³n tambiĆ©n consiguieron eliminar patĆ³genos y prevenir infecciones. A nivel social, la cocina supuso un cambio en la manera de relacionarnos. La necesidad de alimentarse y protegerse de otros depredadores hizo que surgieran las primeras sociedades o agrupaciones de humanos. En definitiva, la cocciĆ³n de los alimentos ha supuesto una revoluciĆ³n.
Pero esto fue solo el principio, unas veces gracias a la necesidad, y otras a la casualidad, hemos ido creando mĆ”quinas que nos facilitan las tareas mĆ”s cotidianas, no es de sorprender que la historia de la cocina y gastronomĆa estĆ” Ćntimamente ligada a la apariciĆ³n de la electricidad en el S. XIX, pero Āæalguna vez te has parado a pensar cĆ³mo nacieron algunos de nuestros electrodomĆ©sticos?
El lavavajillas, fue inventado por Josephine Cochrane, una mujer de alta cuna, que como buena anfitriona, buscaba ofrecer a sus huĆ©spedes el mĆ”ximo confort. Esto le llevĆ³ a pensar que si podĆa reducir el tiempo que empleaba limpiando las vajillas, podrĆa emplearlo en hacer otras cosas, por este motivo, se propone crear una mĆ”quina que pudiera lavar su arsenal de cocina. El sistema fue el siguiente, colocarĆa en el interior de una caldera de cobre una rueda con compartimentos y cables, en la que quedarĆa perfectamente acoplada toda la loza. Esta rueda se moverĆ” gracias a un motor y dentro de la caldera el agua y el jabĆ³n entrarĆan por unos conductos y saldrĆan por otros.
Josephine Cochrane y su invento
La necesidad de conservar los alimentos, nos ha acompaƱado durante toda la historia, mĆ©todos como la salazĆ³n, el adobo, o el marinado, eran y son usados para conseguir aumentar la durabilidad de la comida. Aunque hoy en dĆa lo mĆ”s utilizado son los frigorĆficos y congeladores, en la antigĆ¼edad, la conservaciĆ³n a travĆ©s del frĆo era todo un reto. En el S XVI, cobran protagonismo en EspaƱa los pozos de nieve, y los neveros artificiales con el fin de almacenar hielo y nieve durante los meses de invierno, para poder distribuirla durante el resto del aƱo. Sin embargo, no es hasta 1834, cuando un estadounidense patenta el primer refrigerador por compresiĆ³n de vapor.
En 1867 se diseƱa la primera cĆ”mara frigorĆfica para poder transportar carne refrigerada en un buque de larga distancia, y en 1879 se crea la primera nevera domĆ©stica, que conservaba el frĆo gracias a un circuito de amoniaco, lo cual tenĆa lagunas en cuestiĆ³n de seguridad alimentaria. En 1923 al fin se consigue el primer frigorĆfico elĆ©ctrico, cuya patente se adquiere por la empresa norteamericana Frigidaire que comenzĆ³ a fabricarlo en serie. Desde este momento la industria de la refrigeraciĆ³n ha ido perfeccionando los sistemas de conservaciĆ³n del frĆo, sustituyendo componentes mĆ”s seguros para el ser humano, y mĆ”s respetuosos con el medio ambiente.
En 1945, Percy Spencer, se encontraba investigando cĆ³mo podĆa mejorar el funcionamiento del radar. Una maƱana, mientras estaba rodeado de magnetrones, dispositivos que transforman la energĆa elĆ©ctrica en energĆa electromagnĆ©tica a travĆ©s de microondas, se percatĆ³ de que la chocolatina que llevaba en el bolsillo habĆa comenzado a calentarse, y por lo tanto se estaba derritiendo. Este suceso le llevĆ³ a probar suerte con otros alimentos, y comprobĆ³ asĆ que las microondas del magnetrĆ³n tenĆan la capacidad de calentar los alimentos. Poco tiempo despuĆ©s, en 1947 se comenzaron a vender los primeros microondas.
Aunque podrĆa parecer que ya estĆ” todo inventado, la realidad es que estamos ante uno de los momentos de auge en investigaciĆ³n e innovaciĆ³n culinaria.
Una vez que hemos conseguido cubrir las necesidades mĆ”s bĆ”sicas de conservar o cocinar alimentos, ha llegado el momento de investigar para poder crear nuevas texturas, sabores o aromas que no habĆamos visto antes, y sobre todo, nos adentramos en un mundo mucho mĆ”s visual, muy ligado con el arte.
Hoy en dĆa no es de extraƱar ir a un restaurante y encontrar en la carta esferificaciones, aires, gelatinas, espumas o geles. Esto es lo que se conoce como cocina molecular. Aunque su historia se remonta a inicios del S. XVIII, la realidad es que no comienza a estar presente en los restaurantes espaƱoles hasta los 80 gracias a FerrĆ”n AdriĆ”, un prestigioso chef catalĆ”n que se ha dedicado a investigar y a estudiar la cocina molecular, convirtiĆ©ndose en un referente mundial de esta disciplina. Junto con el equipo del restaurante, el Bulli, crea en 1985 el sifĆ³n de cocina, que permite crear espumas o aires, de cualquier lĆquido, como por ejemplo una espuma de salmorejo, un aire de frutos rojos o una mousse de aguacate.
Otra de las mĆ”quinas punteras en gastronomĆa es el Rotaval, este instrumento se usa para extraer el aroma de cualquier elemento que contenga humedad, como por ejemplo el olor a tierra mojada, a mar o a regaliz, pudiendo asĆ crear una infinidad de combinaciones de aromas que combinar.
Otro sistema que estĆ” muy de moda en la cocina actual, es el cocinado de alimentos al vacĆo, esto consiste en introducir el alimento a elegir, en una bolsa de plĆ”stico que se sella hermĆ©ticamente y posteriormente se le extrae todo el aire del interior, para despuĆ©s cocinar los alimentos a baja temperatura. Esta tĆ©cnica tiene muchos beneficios, no solo a nivel organolĆ©ptico, ya que se potencian los sabores y mejora la textura de los alimentos, sino tambiĆ©n a nivel de seguridad alimentaria, ademĆ”s permite un almacenamiento mĆ”s eficiente.
Y aunque probablemente todos conozcamos ya la existencia de impresoras 3D, lo que a lo mejor alguno desconozca, es que ya se estĆ”n usando para la impresiĆ³n de alimentos. La tinta tradicional se sustituye por un fino hilo del alimento a elegir. Este aparato tiene por un lado una parte mĆ”s artĆstica, que permite la creaciĆ³n de figuras imposibles y poder jugar asĆ con la parte mĆ”s visual de la gastronomĆa, y por otra la de recrear el sabor y apariencia de ciertos alimentos, para que las personas con algĆŗn tipo de intolerancia o requerimiento nutricional especial puedan consumirlos.
La gastronomĆa sigue evolucionando para satisfacer las demandas de un mundo cada vez mĆ”s conectado. En este escenario los chefs, cientĆficos y amantes de la cocina, se encuentran con la oportunidad, de innovar y aprender de los conocimientos que se han obtenido en los Ćŗltimos aƱos. Solo nos queda esperar para averiguar quĆ© nos depara el futuro de la alimentaciĆ³n y la gastronomĆa.