Lo primitivo y el gusto por la tierra que hoy se hereda alcanzan en estos versos la materialidad suficiente para palparlos, olerlos y disfrutarlos.

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Una simbiosis entre naturaleza y poesía. La tierra se hace presencia bajo la cálida mirada del poeta, y se cae, vence, se levanta, resurge y enraíza en los versos, buscando el sosiego en el tiempo pausado de un poema.

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Segunda edición de esta antología en verso dividida según los cuatro elementos (tierra, aire, fuego y agua) y precedida para la ocasión por un prólogo del poeta Iván Hernández Montero.

Además, ampliada con varios poemas inéditos de la autora y con cuatro nuevas estampas del pintor Dante Gabriel Rosetti.